La danza en el presente vive quejándose de la falta de público que llega a ver los espectáculos, hace mucho tiempo que se ha producido un quiebre entre el espectador y la danza, que no nos hemos atrevido a teorizar, pero ¿Cuál es el miedo a enfrentar este desinterés? ¿Porque no cuestionarse de una vez esta brecha? Personalmente creo que es algo que se ha generado desde que la danza postmoderna (contemporánea) irrumpió en la escena. Si uno observa como se modifica la danza en la historia de nuestro país, nos encontramos que con la danza contemporánea cambian los espacios, se reduce el lugar físico para ver la obra y con ello también se reduce la cantidad de receptores, pero la respuesta no sólo está en éstas nuevas características que adopta, sino, en lo compleja que se vuelve la propia obra desde el momento en que el bailarín decide representarse “a si mismo”, danzando como ser humano, lo que enfrenta al público a su propia realidad, y cotidianeidad, algo que no había ocurrido antes, ya que tanto la danza clásica, como la danza moderna, habían mantenido el uso de personajes ficticios, en la escena, basándose en mitos o fantasías que si bien trataban temas universales y humanos, no poseían este “cara a cara” con la realidad, como si lo hace el postmodernismo. Se debe considerar además el lenguaje de esta danza, que relata parte de nuestro mundo de una manera mucho mas abstracta, que en las corrientes anteriores, eliminando lo literal, lo que provoca además un uso racional y emocional de lo que se percibe en la escena que hace que muchas veces la danza se vuelva un arte ininteligible, volviéndose más exclusiva o directamente de elite, entregada sólo para aquellos que pueden descifrar este lenguaje tan complejo. Sin embargo, dentro de una búsqueda de soluciones de este alejamiento, no creo que éstas pasen por que el bailarín cambie su lenguaje, al contrario creo que es misión del bailarín entregar las herramientas para que el espectador le pierda el miedo al cuerpo y le permitan percibir en la danza algo más allá de la forma. Quizás deberíamos considerar, como una posible respuesta el regreso de la danza hacia temáticas que no solo sean propias de la realidad, sino de nuestra realidad como país, poniendo antes el espectador frases que le reflejen lo tangencial de su existencia generando la critica y la opinión frente a nuestro propio contexto humano e histórico. Esto es solo un inicio de un debate que creo es necesario sostener, todavía quedan más cosas que decir… Es importante empezar a generar opinión para ello hay que simplemente ver danza... |
miércoles, agosto 16, 2006
::: Danza Hoy :::
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